Basílica de Santa Sofía y las huellas de Bizancio en Estambul

Hace muchos años Estambul se llamaba Bizancio, después se llamó Constantinopla y se erigió como la capital de un imperio asentado en 3 continentes. Acompáñame en busca de las huellas de Bizancio en una ruta por la Estambul Bizantina. Iniciando la ruta en la Puerta del Tesoro y deteniéndonos en lugares como la impresionante Cisterna Basílica. Lo más detallado, como no podía ser de otro modo, será la visita a la basílica de Santa Sofía y sus impresionantes mosaicos.

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Cuenta la leyenda que, intentando descubrir la auténtica religión, un príncipe ruso envió comisarios a todos los confines. Cuando estos llegaron a Santa Sofia, el día de culto quedaron hasta tal punto impresionados por los mosaicos centelleantes, las nubes de incienso, la cúpula que flotaba resplandeciente en lo alto…que narraron: “No sabíamos si nos hallábamos en el cielo o en la tierra, ya que en la tierra no se encuentran bellezas semejantes…pero allí estábamos seguros de una cosa; allí Dios mora con los hombres”.

Índice

⭐ Ruta por la Estambul bizantina - La Basílica de Santa Sofía

 ➡️ 1. Puerta del Tesoro en Estambul

El punto de partida para iniciar la ruta es la impresionante puerta del Tesoro, que como el propio nombre indica, da acceso al tesoro de la basílica. Tiene  un marcado estilo rococó. Está encuadrada en 4 columnillas, rematada por una inscripción en letras doradas, y coronada por un detallado tejado voladizo. Desde aquí, hay que entrar dentro de los muros del palacio de Topkapi para llegar a la siguiente parada, la iglesia de Santa Irene.

Puerta del Tesoro Estambul

 ➡️ 2. Iglesia de Santa Irene (Aya Irini Kilisesi)

Se encuentra ubicada en el primer patio del palacio de Topkapi. Es una iglesia ortodoxa, considerada como una de las primeras áreas de culto de Constantinopla, que además sirvió como sede del patriarcado hasta que en el año 537, finalizó la construcción de la basílica de Santa Sofía. Tiene un gran valor arquitectónico, consta de una gran nave central y dos laterales, sobre las que descansa la impresionante cúpula de 15 metros de diámetro

Visita guiada gratuita por Estambul

Actualmente se utiliza como sala de conciertos dada su excelente acústica. La entrada para su visita está incluida en la tarjeta de Museos de Estambul. La sensación que produce su visita es la de una joya desconocida, a pesar de estar dentro de Topkapi, pasa muy desapercibida, por lo que se puede visitar de forma tranquila y prácticamente en solitario.

Basílica de Santa Irene

 ➡️ 3. Arqueologic park sultanahmet

Tras salir de la iglesia de Santa Irene y de las murallas del palacio de Topkapi, justo enfrente de la puerta del tesoro se alza una magnifica fuente otomana, dicen que es la más bonita de todo Estambul.  Suele ser punto de reunión para todos los grupos que entran en Topkapi y casi siempre está custodiada por cariñosos perros que se tumban a descansar bajo su sombra.

Desde aquí se continua hasta el Sultanahmet Arqueologic Park, yacimiento arqueológico donde antaño se alzaba el palacio imperial de los emperadores bizantinos, destruido en el siglo XIII. La zona arqueología no es accesible al público porque están excavando el yacimiento, pero si te acercas a la reja, se pueden ver vestigios de los cimientos del antiguo palacio.

Ruta por la Estambul Bizantina

  ⭐ 4. Basílica de Santa Sofía

Gloria a Dios que me ha juzgado digno de semejante obra. ¡ Salomón, te he vencido¡

Hay que continuar andando hasta la magnífica plaza del Sultanahmet, posiblemente uno de mis lugares favoritos del mundo, y acercarse hasta  las inmediaciones de la basílica de Santa Sofía. Desde el exterior tiene un aspecto macizo y la primera impresión que suele causar no es de belleza exactamente, pero con el paso de los segundos acaba enamorando. Personalmente, cuanto más la miro más me gusta.

Constantino  la mandó construir entre los años 324 y 337 d.C para mejorar la ciudad de Bizancio y convertirla en el símbolo de la ciudad y del imperio. La basílica, está dedicada a la Divina Sabiduría, no como mucha gente piensa a una santa llamada Sofía. Fue el mayor templo cristiano del mundo hasta que Mehmet II, tras conquistar Constantinopla en el año 1543 la transformó en mezquita. Es el gran símbolo del mundo Bizantino y actualmente el monumento más visitado de Estambul. Ataturk en el año 1935 la convirtió en un museo.

Basílica de Santa Sofia

➡️ Entradas para la Basílica de Santa Sofía

Para entrar siempre hay largas colas. Yo recomiendo si se va a estar varios días en la ciudad, comprar la tarjeta Museum Pass. Cuesta 85 liras ( 25 euros aproximados en noviembre de 2017) y da acceso a los principales monumentos de la ciudad, además de evitar las largas colas para entrar, lo que ya es de agradecer.

➡️ Visita a la Basílica de Santa Sofía

Se accede a la nave central por la puerta Real, que cuenta con un imponente bajorrelieve de bronce, y una vez dentro la sensación es de asombro, te sientes pequeño frente a tan magna construcción, no importa las veces que la hayas visitado, siempre impresiona.

Es una obra arquitectónica increíble. La nave central está rematada con una enorme cúpula de 31 metros de diámetro, descansando sobre potentes pilares. La cúpula culmina a 56 metros del suelo.  La basílica cuenta con 107 columnas, de las cuales varias proceden del templo de Artemisa en Éfeso y otras de Egipto. Una de las columnas siempre está llena de turistas, es la que llora a San Gregorio, y es objeto de ritual entre los visitantes. Tiene un agujero y los que metan el dedo y lo saquen mojado  verán curados todos sus males.

Visita a la basilica de santa sofia

➡️ Mosaicos de la Basílica de Santa Sofía

Otra de las cosas que más llama la atención, son los escudos de madera que cuelgan de los pilares y llevan caligrafías de letras árabes en dorado. Obviamente no son de la época de Constantinopla, sino un añadido del S.XIX.

La gran nave central alberga 2 impresionantes urnas de alabastro de época helenística, pero sin duda, lo mas llamativo de la visita a la basílica de Santa Sofía, son sus mosaicos figurativos cristianos, realizados durante el periodo bizantino. En el ábside de la nave central, se encuentra el mosaico de la Virgen con el niño, que destaca por la finura de sus detalles.

Por una galería se accede a la planta superior, donde se ubican otras obras maestras del arte bizantino. Destaca el mosaico del Juicio Final (Deesus). En el se aprecia un cristo con expresión muy humana en el centro, y a los lados rodeándolo San Juan Bautista y la Virgen. Con este mosaico se considera el inicio del renacimiento pictórico bizantino. Lástima que a la hora de hacer la fotografía las luces no eran las adecuadas.

Situado en una pared de la galería sur, se encuentra el mosaico de la emperatriz Zoé o Pantocrátor de Constantinopla. En el centro se observa un Cristo Pantrocrátor dueño del universo. Está vestido con una túnica azul y sostiene una biblia en una mano mientras con la otra bendice. A sus lados aparecen Constantino IX y la emperatriz Zoé, ambos con trajes muy lujosos.

Justo al lado del mosaico de Zoé, se encuentra el mosaico de Comneno, donde aparece la Virgen en el centro con un manto azul y el niño en su regazo. A sus lados están Juan II Comneno y la Virgen emperatriz Irene, también ambos con vestidos lujosos.

Mosaicos de Santa Sofía

➡️ 5. Cisterna Basílica

Es la mayor cisterna subterránea de las más de 60 cisternas antiguas de la ciudad. Fue construida durante el reinado de Constantino y ampliada después por Justiniano. Para acceder a ella hay que bajar 52 escaleras, y la sensación una vez abajo es de sorpresa, no te esperas lo que están viendo tus ojos, da la impresión de estar en una catedral subterránea.  Además, el ambiente en el interior con la música y la iluminación de los pasillos es espectacular.  Es una visita que no te debes perder, de las cosas que más me han impresionado de Estambul.

La cisterna basílica servía para abastecer de agua a los palacios de los emperadores bizantinos, y acumular agua en épocas de sequía. Está constituida por una gran sala rectangular formada por 12 hileras de 28 columnas de mármol y 9 metros de altura, que fueron recuperadas de diferentes templos.

Más al fondo y justo donde se acaba el recorrido, se encuentran 2 columnas que descansan sobre enormes zócalos esculpidos en forma de medusa. Estas columnas, se especula que podrían proceder de templos paganos. Te será fácil reconocerlas, además de estar guiadas serán donde más turistas se amontonen. Cuenta la leyenda que los bloques están orientados hacia los lados y boca abajo para anular los poderes de la mirada de la Gorgona que deja petrificado a quien osa mirarla.

La entrada cuesta 40 liras, y es uno de los monumentos que no entra en la tarjeta museum pass.

Cisterna-basilica-estambul

➡️ 6. Piedra Milion

Una vez que se sale de la cisterna basílica, por una puerta diferente a la de la entrada, hay que poner rumbo a la Piedra Milion, que se encuentra a escasos metros en la calle Divan Yolu. Es una columna de mármol de la época bizantina que se usaba como referencia para medir las distancias de “ la nueva Roma” con otros puntos del imperio.

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➡️ 7. Columna de Constantino

La calle Divan Yolu da a una plazoleta muy animada cerca del Gran Bazar y allí es  donde se encuentra la imponente columna de Constantino, 35 metros se conservan de los 55 metros que llegó a tener. Constantino la mandó levantar en el año 330 cuando se declaró la ciudad de Bizancio como nueva capital del Imperio Romano. Está levantada sobre un pórfido traído de Egipto. En tiempo atrás, estuvo coronada por una estatua del dios Apolo.

Cuenta la leyenda que Constantino habría enterrado varias reliquias bajo la columna, entre las cuales estarían fragmentos de la Vera Cruz, el hacha que utilizó Noé y restos de los siete panes que permitieron a Jesús alimentar a la muchedumbre.

No se encuentra en muy buen estado de conservación, ha sufrido a lo largo de su historia saqueos, terremotos y hasta un incendio en 1779, cuyas consecuencias son visibles hoy en día y debido a ello se le conoce como la columna quemada. Solo es posible verla con una protección que la recubre entera, pero aun así, es un punto clave de la arquitectura bizantina.

Columna de Constantino

➡️ 8. Cisterna de Binbirdirek

Muy cerca de la columna de Constantino, y dirección al hipódromo se encuentra la Cisterna de Binbirdirek, conocida como la cisterna de las mil y una columnas. Yo la verdad que no entré, después de ver la de Yerebatan consideré que fue más que suficiente. Es la más grande después de esta, y tiene un estilo arquitectónico más sobrio. Creo que esta bien saber de su existencia, pero o eres un fan de la arquitectura bizantina o con la visita de la basílica de Yerebatan estás más que servido.

➡️ 9. Hipódromo de Constantinopla

Hay que avanzar unos pocos metros  hasta llegar a la plaza Sultanahmet Meydanı. En la época bizantina esta larga explanada albergó el grandioso hipódromo, con capacidad para 100.000 espectadores. Constantino lo mandó remodelar siguiendo el modelo del Circo Máximo de Roma, y convirtiéndolo en un de los símbolos de la ciudad.

Desde el centro de la plaza uno puede llegar a imaginar fácilmente como serían las dimensiones del hipódromo, se estima que tenía 450 metros de largo y 130 de ancho.

Poco a poco fue deteriorándose hasta que fue abandonado y cayó en ruina. Tan solo se conservan de sus elementos originales el obelisco de Teodosio, traído de Egipto y que tiene más de 3000 años de antigüedad, la columna Serpentina procedente del templo de Apolo en Delfos y la columna de Constantino. Es muy interesante ver las bases de estas columnas, para ver todo lo que ha crecido en altura  la ciudad desde la época del imperio Bizantino.  La zona del hipódromo sin duda merece un largo paseo mientras te imaginas asistiendo a algún espectáculo de los que allí acontecieron.

Obelisco hipodromo estambul

➡️ 10. Sphendone

Saliendo del hipódromo por el lado sur y bajando por una calle adoquinada dirección a  la mezquita de Kucuk Aya Sofya, se pasa por la altura del Sphenodene, que son los restos del muro que sostenía al hipódromo.

Visita guiada gratuita por Estambul

➡️ 11. Kucuk Aya Sofya

Alejada del turisteo de la plaza del Sultanahmet, es una grata sorpresa descubrir este pequeño tesoro en la orilla del mar de Mármara. A pesar de que por su exterior puede pasar desapercibida, el interior es digno de ver.  Debido al parecido de su estilo arquitectónico se le conoce también como la pequeña Santa Sofía. Llama la atención la cúpula, que si bien no tiene el tamaño de su hermana mayor, es considerada una obra maestra de la arquitectura bizantina por los 16 cuerpos que la forman. También destacan los pilares de mármol y sus capiteles. Otra cosa que se agrade y favorece a su encanto, es que se puede subir a la segunda planta y desde allí tener una mejor visión de la armonía de la construcción y sus detalles decorativos.

Pequeña Santa Sofia
Pequeña Santa Sofia

➡️ 12. Murallas marítimas y Palacio Bucoleon

Desde la pequeña Santa Sofía, siguiendo por el paseo de la orilla del mar de Mármara por avenida Kennedy, se pueden apreciar restos de la antigua muralla marítima y los vestigios del palacio de Bucoleón, que fue un gran palacio de los emperadores bizantinos construido en las murallas de la ciudad. Lo más destacable que se puede observar son los 3 grandes ventanales enmarcados en mármol. Continuando hacia adelante aparecen los restos del antiguo faro bizantino y la única puerta de la muralla marítima que queda en la actualidad, conocida como Ahir Kapi.

➡️ 13. Museo de los Mosaicos

Atravesando el pasadizo abovedado de la Ahir Kapi, hay que poner rumbo de nuevo a la plaza del Sultanahmet, para la ultima parada de la ruta, el Museo de los Mosaicos, que se ubica justo detrás de la Mezquita Azul. Es un sitio muy agradable para entrar, porque no son muchos los turistas que paran a visitarlo. Es un lugar muy interesante, porque se conservan mosaicos originales que estaban en el interior del Gran Palacio de los Emperadores bizantinos, destacando el gran tamaño que tenían y su estado de conservación. Una cosa curiosa, es que todos sus motivos son profanos, no hay ningún motivo religioso.

Esta ruta por la Estambul Bizantina, deja fuera la Iglesia de San Salvador de Chora, que es una obra maestra de la arquitectura bizantina, destacando por encima de todo sus mosaicos, personalmente, más espectaculares que los de la basílica de Santa Sofía. El problema, es que está muy alejada de la zona centro, y para ir, recomiendo coger un taxi, porque la verdad que es un lugar increíble y además, la entrada está incluida en la tarjeta Museum Pass.


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