Llegada de Carlos V a Medina del Campo en su viaje a Yuste

Medina del Campo fue una de las 24 paradas que hizo el Emperador Carlos V en su viaje de retiro, desde los Países Bajos hasta Yuste, después de abdicar en favor de su hijo Felipe II. Carlos I de España y V de Alemania llegó a la Villa de las Ferias el 5 de noviembre del año 1556 y pernoctó en el Palacio de la familia Dueñas. Como viene siendo habitual cada primer domingo de noviembre, los medinenses y visitantes han podido disfrutar de la llegada de Carlos V a Medina del Campo con la recreación histórica organizada por el Ayuntamiento de la villa y la Compañía Cristobal de Mondragón.

Recreación de Carlos V en su última visita a Medina del Campo

La comitiva del Emperador entra en la Villa de las Ferias por la calle Valladolid y se dirige hasta la Plaza Mayor para reunirse con el alcalde.

Llegada de la comitiva del Emperador a las calles de Medina

Desde el balcón del ayuntamiento el Emperador Carlos V saluda a los habitantes de la villa y agradece su hospitalidad. No hay que olvidar que las tropas afines al Emperador incendiaron Medina del Campo durante la Guerra de las Comunidades.

Carlos V desde el balcón del ayuntamiento

Los soldados de la Compañía Cristobal de Mondragón haciendo una exhibición a las puertas del Ayuntamiento de Medina del Campo mientras terminaba la recepción del alcalde al Emperador.

Llegada-de-Carlos-V-a-Medina-del-Campo

El banquero Rodrigo de Dueñas junto a su mujer Catalina Cuadrado, su primogénito Francisco y su esposa Mariana Beltran esperan nerviosos la llegada del Emperador a su palacio para recibirlo con los honores que se merece. Ya veremos si son del agrado de Carlos V.

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Momento de la recepción del Emperador por parte de la familia Dueñas.

Carlos-V-llegada-a-Medina-del-Campo

Rodrigo de Dueñas organiza una serie de opulentos festejos con danzas, bailes y la lucha de los mejores guardias del palacio para complacer al Emperador.

Carlos-V-en-Medina-del-Campo-camino-a-Yuste

Rodrigo de Dueñas, pensando que el Emperador estaría hambriento, ordena traer viandas y vino, aunque este último solo acepta la copa de vino mientras suena de fondo "Hoy comamos y bebamos" de Juan de la Encina.

Recreación-Carlos-V

Por último, antes de retirarse a sus aposentos para descansar, el Emperador quiso tratar lo asuntos que tenían pendientes. Como el día era fresco, Rodrigo ordena traer un brasero para calentar al Emperador con palos de canela de Ceylán llegada desde Asía, uno de artículos más caros de la época. En en brasero arden los pagarés que Carlos V adeudaba al banquero. El Emperador, enojado ante tal mofa, ordena a los guardias que retiren a Rodrigo de su vista. Carlos V mientras se marcha a sus aposentos concluye que "hay dos cosas que no se pueden comprar con dinero: una el alma, porque solo pertenece a Dios, y la otra el honor, porque solo pertenece a la persona" y que se iba a hacer cargo de todos los gastos de la estancia, incluidos los espectáculos.


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  1. Estrella RF dice:

    Gracias por estos pequeños retazos de historia.

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