Qué ver en La Rochelle y en Rennes

¿Sabes qué ver en Rennes? ¿Dónde comer ostras y qué ver en la Rochelle? Acompáñame en mi primer día de la ruta por la Bretaña  desde Zaragoza a Rennes. Por el camino disfrutaremos de la gastronomía francesa comiendo ostras, caminaremos por el paseo marítimo de la Rochelle y visitaremos sus dos impresionante torres medievales, la Torre de la Cadena y la Torre de San Nicolás. En Rennes, la capital de Bretaña. disfrutaremos de su casco histórico, cruzaremos la Puerta de Mordelaises y admiraremos la arquitectura de las casas de madera de la Plaza Cham Jacquet.

Índice

✅ Zaragoza - Rennes

Sonó el despertador, 04:30 de la mañana del domingo 30 de julio. Con los ojos aún borrosos por el madrugón y después de preparar un café, emprendimos hacia el coche cargados con las maletas y repletos de sueños, ilusión y ganas de recorrer una tierra tan mítica como la Bretaña francesa. ¿Quién no ha fantaseado con la leyenda del Rey Arturo, con duendes y hadas, o con las leyendas Celtas? Pues bien, llegó el día y algo más de 900 kilómetros nos separaban del punto de partida de nuestro objetivo, la ciudad de Rennes que además es la capital de Bretaña.  Debido a las buenas referencias que habíamos escuchado de la Rochelle, decidimos desviarnos y parar allí para comer sus famosas ostras.

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✍ Cómo llegar a Rennes desde Zaragoza

Con la llegada del mes de agosto y las vacaciones de la mayoría de los españoles teníamos un poco de miedo a  que, en plena operación salida/regreso, topáramos con grandes retenciones, de ahí el madrugón. Teníamos dos opciones, la primera era cruzar la frontera por Irún, incluyendo buena cantidad de gasto en peajes, o ir dirección Pau y atravesar la frontera por el túnel de Somport. Debido al gran número de kilómetros a realizar tomamos la decisión de ir por Irún que nos garantizaba mejores carreteras, pero no nos libraba de posibles retenciones.  Al final, pasamos la frontera antes de las 8 de la mañana y por suerte, no tuvimos ningún problema para cruzar en el peaje de Irún. Según avanzaban las agujas del reloj iba aumentando el tráfico, pero los principales problemas se situaban en dirección contraria, en la gente que iba dirección a España. 

✅ La Rochelle

La Rochelle es un antiguo pueblo de pescadores del que se tuvo constancia por primera vez en el siglo X. Está localizado en la fachada atlántica francesa y goza de una ubicación privilegiada.  Tiene a escasos metros la Isla de Ré, de la que se encuentra unida por un impresionante puente de tres kilómetros cuyo acceso es de pago, y está en una posición intermedia de la punta de la Bretaña francesa y de la frontera con España. Actualmente cuenta con una población de casi 77.000 habitantes.

Qué ver en la Rochelle

✅ Qué ver en la Rochelle

Llegamos a las 12 de la mañana, buena hora para comer en Francia, y unido a que era domingo la primera dificultad llegó a la hora de encontrar aparcamiento. Tras dar unas vueltas al final encontramos un hueco para aparcar y nos dirigimos a recorrer el casco histórico en busca de los principales lugares de interés que ver en la Rochelle. Vagamos sin rumbo por sus calles hasta acabar en el puerto, el corazón y lugar más bello de la ciudad. La primera impresión fue la de una ciudad que vivía para el turismo, con las terrazas llenas de gente comiendo  ostras y cazuelas de mejillones con patatas (moules et frites) . Sinceramente y siendo una persona que le encantan los mejillones, pagar unos 11 euros que costaban de media en casi todos los restaurantes los moules me parecía un abuso, las ostras venían a salir a euro la unidad.

✍ Torres medievales de la Rochelle

Casi sin querer nos topamos con uno de los puntos clave de la Rochelle. Teníamos delante las dos impresionantes torres medievales que flanquean la entrada del puerto, La torre de la Cadena y La torre de San Nicolás con sus 42 metros de altura. Allí, mientras las contemplaba, imaginaba lo imponente que debería ser, siglos atrás, llegar al puerto con tu pequeña embarcación tras una jornada de duro trabajo y observar semejantes torres velando por la seguridad de la ciudad. Desde el mirador de la torre se tiene una vista panorámica increíble de toda la ciudad. Un poco más alejada, aunque también dentro del puerto, se encuentra la Torre de la Linterna. Es la más alta de las tres con 70 metros de altura y destaca su aguja gótica coronando la torre. En su origen fue un faro, por eso su nombre, pero acabó ejerciendo como cárcel medieval de piratas y maleantes. Me hubiera gustado subir hasta su mirador pero aún quedaba una larga jornada hasta llegar a Rennes.

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✍ Qué más ver en la Rochelle

Aunque la Torre de la Cadena y la Torre de San Nicolás son quizás junto a la Torre Linterna sus lugares más emblemáticos, hay muchas más cosas que ver en la Rochelle. Paseando por la ciudad encontrarás bonitos palacios renacentistas y seguramente te llamará la atención que la mayoría de las fachadas de los edificios están construidos con el mismo tipo de piedra y que la verdad otorga un encanto especial a la Rochelle. Desde el puerto, para entrar al casco histórico por una de sus calles principales, la Rue du Palais, hay que cruzar la Puerta del Reloj, la cuarta torre que hay que ver en la Rochelle. Si se continúa recto por la Rue du Palaís se llega hasta la Catedral de San Luis (merece la pena entrar en su interior para ver sus pinturas y vidrieras) y al Museo de Historia Natural de la Rochelle. Si dispones de más tiempo para la visita de la ciudad te recomiendo acercarte hasta el ayuntamiento (parece un castillo fortificado), al Palacio de Justicia, al Hotel de la Bourse, al acuario, adentrarse en el bunker nazi de la 2º Guerra Mundial y para terminar, desconectar y relajarte en el Parque Charruyer antes de volver al puerto y disfrutar de las torres con su iluminación nocturna. La Rochelle se ve perfectamente en un día aunque puedes dedicar otro más para complementar tu visita con la Isla de Ré.

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✍ Ostras en la Rochelle

Seguimos caminando por las calles estrechas y empedradas de la Rochelle, admirando los palacetes renacentistas que muestran el gran esplendor comercial que tuvo la ciudad en épocas pasadas, así como sus calles con largos soportales donde hay multitud de comercios, y las numerosas edificaciones de piedra blanca que dota de una belleza singular a la ciudad. Como solo estábamos de paso y el hambre empezaba a dejarse notar, acabamos el paseo en un lugar clave y totalmente recomendable, la plaza del mercado, donde antiguamente los pescadores vendían sus productos. A pesar de que tan solo eran las 2 de la tarde todos los puestos ya estaban recogiendo, pero tuvimos la fortuna de que un vendedor muy amable, mientras recogía el tenderete, nos preparó 2 tablas con 12 ostras cada una. El precio fue de 6 euros por tabla, saliendo a 50 céntimos por unidad. Debes de saber que en la Rochelle se encuentra una de las zonas productoras de ostras más importante de Francia, que da nombre a la denominación de origen de Oléron, teniendo fama de ser las mejores ostras francesas. La verdad que no defraudaron.

Ostras en la Rochelle

✍ Cómo llegar a la isla de Ré

Con el buen sabor de boca después comer las ostras regresamos de vuelta al coche para continuar el camino, aunque antes quisimos ir a la Isla de Ré y llegamos hasta donde empieza el larguísimo puente de 3 kilómetros que une el continente con la isla. El coste del peaje, 16€, hizo que diéramos la vuelta y nos tomáramos un café en el restaurante que hay en el aparcamiento de las proximidades del puente, lugar desde donde contemplamos la imponente construcción.

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✅ Rennes - La capital de Bretaña

Después de 4 horas de nuevo en la carretera  y tras sufrir más de una hora de tráfico lento mientras pasábamos Nantes, llegamos a Rennes. Es la capital actual de la región de Bretaña y cuenta con 210.000 habitantes. Sus orígenes datan de siglos atrás, concretamente entre el siglo primero y segundo antes de cristo, siendo la capital de la tribu gala de los Redones. Durante la edad media jugó un papel importante al ser un puesto fronterizo entre el ducado de Bretaña y el reino de Francia. Actualmente es una ciudad universitaria que cuenta con más de 60.000 estudiantes cada año, dotando a la ciudad de un gran ambiente que se puede palpar en sus animadas calles, y que cuenta con muchos lugares de interés. Entre los imprescindibles qué ver en Rennes están las casas típicas de madera de la Plaza Cham Jacquet.

✅ Qué ver en Rennes

A pesar de estar algo cansados por el viaje,  después de dejar las cosas en el hotel, salimos a dar un paseo por el casco histórico de Rennes. Aparcamos en la Plaza de Bretaña y por las horas de nuestra llegada nos resultó imposible visitar la oficina de turismo de Rennes que por cierto, se ubica en la Capilla gótica del Hospital Saint - Yves. Optamos por dejarnos llevar y sin rumbo fijo, emprendimos camino para dejarnos sorprender ante lo que viniera, aunque esperábamos encontrarnos con el barrio medieval y las construcciones de madera típicas de Bretaña.

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Lo primero con lo que  topamos en nuestra visita a Rennes fueron los restos de las murallas de la ciudad vistas desde el parque Hyacinthe Lorette. Actualmente apenas quedan restos de las murallas, junto a éstas, solo existen restos en la Puerta Mordelaises, donde a su vez se pueden apreciar los vestigios de la antigua muralla romana que defendía la ciudad.

Qué ver en Rennes

✍ Lugares indispensables qué ver en Rennes: Murallas, Catedral de Rennes y Puerta Mordelaises

Continuamos por la calle de la Monnaie y de repente nos sorprendió la Catedral de Rennes. De la catedral de Saint Pierre destacaban sus dos torres de 48 metros y cuenta con una gran historia. Su interior fue el lugar donde se coronaron los duques de Bretaña. Para nuestra desgracia estaba cerrada pero al darnos la vuelta tras el intento de abrir la puerta encontramos un rincón que parecía mágico y evocaba al pasado. Era una estrecha calle empedrada que acababa en un pasadizo que no sabíamos muy bien donde nos llevaba, así que no dudamos en adentrarnos en tal incertidumbre y llegamos a uno de los rincones más reconocibles de la arquitectura medieval de la ciudad, la Puerta Mordelaises. Sinceramente el estado de los alrededores nos defraudó un poco. Uno va soñando que es un viajero entrando por las puertas de una ciudad medieval, pero se despierta  con muros y pintadas que provocan que el sueño se desvanezca, A pesar de ellos es uno de los lugares imprescindibles que ver en Rennes. A la Puerta de Mordelaises se la conoce como Puerta Real ya que todos los duques de Bretaña antes de conseguir su título tenían que hacer un juramento bajo ella.

Rennes

✍ Barrio medieval de Rennes - Casas típicas de madera

Seguimos paseando hasta llegar a la plaza Les Lices, que cuenta con un gran mercado en la parte central y las características casas bretonas de madera en uno de los extremos que se mezclan con los edificios de construcción actual. Durante el paseo por las calles del barrio medieval, encontramos numerosas casitas de madera, que dan color a la ciudad, y mientras disfrutábamos de la caminata llegamos posiblemente al lugar que más nos gustó de todo Rennes, la plaza Cham Jacquet. Es un lugar maravilloso y con encanto en el que merece la pena detenerse a contemplar e imaginar como transcurriría la vida en esa plaza hace siglos. Son casas de madera construidas en el siglo XVII, coloridas y con tejados abuhardillados de pizarra. Llama la atención que no están rectas, pues se aprecia una atenuada inclinación en las mismas.  Sin duda es uno de los obligatorios qué ver en Rennes.

Las casas de madera que actualmente hay en la ciudad de Rennes fueron las que resistieron el terrible incendio de 1720 y que arrasó con el 75% de todas las que había tras los muros la ciudad. A partir de ese incendio las construcciones pararon a ser de piedra. Como apunte decir que Rennes cuenta con un total de 286 casa de entramado de madera, una de las mayores ciudades de toda Francia donde mayor número de casas se conservan.

Ruta Bretaña en coche

✍ Corazón de Rennes - Parlamento de Bretaña

La siguiente parada fue el Palacio del Parlamento de Bretaña, ubicado en la plaza del Parlamento donde todos los edificios fueron construidos en piedra tras el incendio de 1720. El Parlamento de Bretaña es el símbolo de la región y otro de los lugares imprescindibles que ver en Rennes. Actualmente es el Tribunal de Apelación de Bretaña. Yo no pude visitar su interior porque ya se encontraba cerrado pero desde la oficina de turismo hacen visitas guiadas por él. A pocos pasos de la plaza del Parlamento se encuentra la plaza del Ayuntamiento que  alberga también el edificio de la Opera de la ciudad construido por Pierre Louise y que es en mi opinión la plaza más bonita de Rennes, sobre todo con su iluminación nocturna. El ayuntamiento puede visitarse de manera gratuita. Es una construcción moderna de año 1720 (el anterior no sobrevivió al incendio que arrasó la ciudad).

Parlamento de Bretaña

Más lugares que ver en Rennes

Si tienes la fortuna de visitar Rennes un sábado por la mañana no dudes en acercarte hasta el Mercado de la Place des Lices. Es el segundo mercado alimentario más importante de Francia y que lleva celebrándose durante 4 siglos. Es una buena manera de conocer como transcurre la vida de los habitantes de Rennes y probar los productos locales. También puede ser interesante acercarse hasta el Parque Thabor y desconectar con un agradable paseo en sus más de 10 hectáreas. Muy recomendable es el Centro Cultural de Rennes (Champs Libres) que cuenta con una inmensa biblioteca de seis plantas y un planetario. Si te gustan los museos tienes el Museo de Bellas Artes de Rennes con obras de grandes artistas como Leonardo da Vinci y Donaleto. Por último una buena forma de acabar la visita a Rennes antes de regresar al hotel es con un paseo en barca por el río Vilaine disfrutando de la iluminación nocturna de la ciudad.


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